Hace una semana fue mi cumpleaños. Y no fue un cumpleaños cualquiera, fue mi primero conectado a Facebook.
Tengo que admitir que al comienzo fui reacio a volverme socio de semejante red de “amigos” virtual. ¿Para qué? ¿Ser parte de una red de información TAN GRANDE que quizás, y según los más conspiracionales, la C.I.A. esta revisando mis amistades, mis juergas, mis preferencias, etc.? Nadie quiere ser observado por nadie, y así no sea algún grupo de inteligencia americano, a lo mejor alguna persona que supone ser mi amigo lo estará haciendo.
Saben, la verdad es que da igual. Decidí no comerme la cabeza con tanta sonsera por que lo cierto es que no tengo nada que esconderle a nadie. Y no pensaba ser parte de las personas que a mi parecer hacen escándalo sobre si llegamos o no a la luna, sobre si Disney está congelado o si el Facebook representa la mayor violación a mi intimidad. Al fin de cuentas, acá está mi blog, hecho básicamente para decirle a todos que pienso, y obvio saber que piensan ellos. Así pues, me inscribí.
Al principio me rayó. No entendí ninguna de las funciones que este servicio proporcionaba. ¿Vampiros, caramelos, club de fans? Al final ni supe por qué me había inscrito realmente. Hasta que empecé hacer amigos. Comencé a encontrarme con personas que no veía hace años y personas que de alguna forma u otra pensaban igual que yo. Poco a poco mi red fue creciendo, y empezaron a subir fotos mías (me encantó lo de las etiquetas). Vi eventos a los que había asistido, y empecé a ver donde habían estado mis amigos, e incluso encontré una genial aplicación que me permitía jugar 1441 juegos de Nintendo, que me dejó viciado por un par de semanas. Facebook se volvió una excelente base de datos de fotos, imágenes, y amigos, amigos de los cuales podía ver cuando era su cumpleaños y saludarlos en tan especial día para ellos.
Hasta que llegó mi cumpleaños y pasó lo inesperado. A ser sincero, yo no tengo muchos amigos en Facebook creo (302), de los cuales 82 me enviaron saludos por mi cumple. 82 saludos!!!! Nunca había recibido tantos saludos en mi vida y me pareció alucinante, agradable sí, y a la vez agotador, ya que cortés y sumamente agradecido, le respondí personalmente a cada uno de ellos, y lo vuelvo hacer públicamente. GRACIAS! La pasé de puta madre!
Realmente me sorprendí a lo que podía llegar semejante herramienta virtual, y está claro que no todos se acordaron de mi cumple, pero lo vieron anunciado en su página principal y pensaron en mi haciendo un pequeño saludo. Sumamente halagador y a la vez me hizo pensar en ¿qué pasará con la gente más social? ¿Los que tienen más de mil amigos? ¿Le agradecerán ellos a todos? Básicamente con este servicio me puedo enterar de todo lo que hacen, les gusta y les disgusta a mis amigos.
Quizás al final si es una buena fuente de información en cualquier sentido, y tanto como cualquier empresa puede acudir a Bonus (popular servicio peruano de acumulación de puntos por compras), pudiera acudir a Facebook, que inteligentemente estaría segmentando los gustos comunes de sus usuarios. Vamos, si los Fans de Pepsi son también Fans de Mafalda, quizás le venga bien esa información a Coca Cola, ¿no lo creen? Al fin de cuentas, nosotros los consumidores de uno o lo otro salimos beneficiados con promociones que nos satisfagan.
Pero lo que es cierto, la C.I.A. no me saludó por mi cumpleaños.
Tengo que admitir que al comienzo fui reacio a volverme socio de semejante red de “amigos” virtual. ¿Para qué? ¿Ser parte de una red de información TAN GRANDE que quizás, y según los más conspiracionales, la C.I.A. esta revisando mis amistades, mis juergas, mis preferencias, etc.? Nadie quiere ser observado por nadie, y así no sea algún grupo de inteligencia americano, a lo mejor alguna persona que supone ser mi amigo lo estará haciendo.
Saben, la verdad es que da igual. Decidí no comerme la cabeza con tanta sonsera por que lo cierto es que no tengo nada que esconderle a nadie. Y no pensaba ser parte de las personas que a mi parecer hacen escándalo sobre si llegamos o no a la luna, sobre si Disney está congelado o si el Facebook representa la mayor violación a mi intimidad. Al fin de cuentas, acá está mi blog, hecho básicamente para decirle a todos que pienso, y obvio saber que piensan ellos. Así pues, me inscribí.
Al principio me rayó. No entendí ninguna de las funciones que este servicio proporcionaba. ¿Vampiros, caramelos, club de fans? Al final ni supe por qué me había inscrito realmente. Hasta que empecé hacer amigos. Comencé a encontrarme con personas que no veía hace años y personas que de alguna forma u otra pensaban igual que yo. Poco a poco mi red fue creciendo, y empezaron a subir fotos mías (me encantó lo de las etiquetas). Vi eventos a los que había asistido, y empecé a ver donde habían estado mis amigos, e incluso encontré una genial aplicación que me permitía jugar 1441 juegos de Nintendo, que me dejó viciado por un par de semanas. Facebook se volvió una excelente base de datos de fotos, imágenes, y amigos, amigos de los cuales podía ver cuando era su cumpleaños y saludarlos en tan especial día para ellos.
Hasta que llegó mi cumpleaños y pasó lo inesperado. A ser sincero, yo no tengo muchos amigos en Facebook creo (302), de los cuales 82 me enviaron saludos por mi cumple. 82 saludos!!!! Nunca había recibido tantos saludos en mi vida y me pareció alucinante, agradable sí, y a la vez agotador, ya que cortés y sumamente agradecido, le respondí personalmente a cada uno de ellos, y lo vuelvo hacer públicamente. GRACIAS! La pasé de puta madre!
Realmente me sorprendí a lo que podía llegar semejante herramienta virtual, y está claro que no todos se acordaron de mi cumple, pero lo vieron anunciado en su página principal y pensaron en mi haciendo un pequeño saludo. Sumamente halagador y a la vez me hizo pensar en ¿qué pasará con la gente más social? ¿Los que tienen más de mil amigos? ¿Le agradecerán ellos a todos? Básicamente con este servicio me puedo enterar de todo lo que hacen, les gusta y les disgusta a mis amigos.
Quizás al final si es una buena fuente de información en cualquier sentido, y tanto como cualquier empresa puede acudir a Bonus (popular servicio peruano de acumulación de puntos por compras), pudiera acudir a Facebook, que inteligentemente estaría segmentando los gustos comunes de sus usuarios. Vamos, si los Fans de Pepsi son también Fans de Mafalda, quizás le venga bien esa información a Coca Cola, ¿no lo creen? Al fin de cuentas, nosotros los consumidores de uno o lo otro salimos beneficiados con promociones que nos satisfagan.
Pero lo que es cierto, la C.I.A. no me saludó por mi cumpleaños.
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